Has llegado, como todo en mi vida últimamente, sin que yo te haya invitado a venir.
Sin embargo me alegro, porque el 2016 se estaba colando ya. Aunque realmente lo que de verdad le pedí me lo dió. O mejor dicho, no me lo quitó.
A ti, queridisimo 2017, te pido un poco más, aunque ante todo, no me quites lo que tengo, por favor.
Y solo te voy a pedir una cosa. Aunque sea de las cosas más difíciles que un año puede dar:
te pido SINCERIDAD.
Que, venga quien o lo que sea, sea sincero, sea REAL.
Porque tu primo el 2016 me ha dado tal dosis de subrealismo, mentiras y falsedades, que necesito que uno me digáis que queda algo cierto en el mundo.
Confio en ti 2017, ya que a cambio te prometo que creeré más en mi, y haré que seas inolvidable.
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