lunes, 16 de diciembre de 2019

JAC

Y estas letras vuelven a hablar de ti. A contar que volviste, que una vez más, llegaste a pensar en mi, en querer más de mi, de pasar la noche  y cambiar de tercio.

Volvemos a la misma historia, porque ayer te apetecía estar conmigo, y hoy no tienes tiempo.

¿Pero sabes que? Quien se ha quedado sin tiempo para ti soy yo. Y tú vas a perder más porque has visto parte de lo que te puedo dar,  y de todo lo que te vas a perder.

lunes, 1 de julio de 2019

Cien palabras que no te diré


Igual eres como el tiempo, que igual que viene se va. Igual esto es un simple capítulo más de las mil y una historias de la vida. O igual, quien sabe, la vida nos sorprende. Es algo que el tiempo, tu y yo (que no nosotros) tendremos que negociar.

Hay muchas cosas que se escapan de mi, incluso saber si mañana mantengo estas palabras. Pero hay otras tantas de las que si puedo estar segura, porque están aquí y están ahora.

Sé que tengo mucho para dar, y quiero dártelo a ti. También sé que me merezco mucho que recibir y quiero que vengan de ti. No quiero pedirte nada, porque quiero que, antes de saber que las quiero, ya las tengas preparadas.

Quiero grandes noches y mejores amaneceres. Quiero días malos que se convierten en nada porque es el efecto que tiene tu presencia. Quiero ir al otro lado del mundo o ir debajo de las sabanas. Quiero noches de frío y lluvia y tardes calurosas.

Quiero estar. Quiero que estés. Quiero que estemos.
Quiero esto hoy, y quizás también mañana,
¿Y después? Después lo negociamos los tres.

miércoles, 26 de junio de 2019

Presentación, nudo y desenlace.

Dejamos una preciosa historia sin escribir, con el mismo desenlace que comienzo: punto y final.

lunes, 4 de febrero de 2019

Y sin recordarte no te olvido

Apliqué los pasos. Me los sé. Conozco el orden y cómo van curando la herida.

Primero, eliminar cualquier tipo de interacción: es el paso más complicado,en los momentos más bajos, la mente consigue hallar otra forma de conseguir contacto, de suplicar un poco de atención.

Segundo, controlar esos momentos de brote psicótico buscando contactar.

Tercero, superar esa información "no deseada" que te llega y duele.

Cuarto, intentar cada día pensar un poco menos en él.

Y poco a poco dejar que vaya haciendo efecto, hasta que ya no te acuerdes, y pasen los días y no le dediques ni un pensamiento.
Lo conseguí. Juro que lo hice.


Pero volviste, volviste con todo tu armamento, y yo que siempre he sido de dejarte entrar llegaste a lo mas hondo, a darme ese miedo de perderte, de querer un mañana contigo pero que no estes.
Y una vez más, volviste a irte, esta vez a un solo lugar.

Y volví a comenzar el proceso. Pero esta vez no surgió efecto.

No consigo olvidarte ni siquiera sin recordarte.
Sigo queriendo ese baño.