Igual eres como el tiempo, que
igual que viene se va. Igual esto es un simple capítulo más de las mil y una
historias de la vida. O igual, quien sabe, la vida nos sorprende. Es algo que
el tiempo, tu y yo (que no nosotros) tendremos que negociar.
Hay muchas cosas que se escapan
de mi, incluso saber si mañana mantengo estas palabras. Pero hay otras tantas
de las que si puedo estar segura, porque están aquí y están ahora.
Sé que tengo mucho para dar, y
quiero dártelo a ti. También sé que me merezco mucho que recibir y quiero que
vengan de ti. No quiero pedirte nada, porque quiero que, antes de saber que las
quiero, ya las tengas preparadas.
Quiero grandes noches y
mejores amaneceres. Quiero días malos que se convierten en nada porque es el
efecto que tiene tu presencia. Quiero ir al otro lado del mundo o ir debajo de las sabanas. Quiero noches de frío y lluvia y tardes calurosas.
Quiero estar. Quiero que estés. Quiero
que estemos.
Quiero esto hoy, y quizás también
mañana,
¿Y después? Después lo negociamos los tres.