Todos te conocían, y yo negaba que también, aunque sabia que estabas ahí.
Y llegaste. También haciendo que todos acertasen. Ni una semana para que dijera "quiero conocerte por dentro, y quiero que estes aqui a partir de ahora".
En medio mes has conseguido que diga lo que nunca pensé. Que mis defensas se derrumben a tu paso y yo misma te indique por donde puedes entrar. Y sin que hagas absolutamente nada.
Me das mucho miedo.
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